Los hisper, o también conocidos como bohos (hippies-bohemios) representan austeridad, y ésta se ve reflejada en sus peinados y vestimenta. Las chicas lucen melenas largas de aspecto descuidado y en cuanto al color su tendencia son las mechas degradadas y difuminadas, atrás quedaron ya las manidas mechas californianas. Los hombres se decantan o bien por el pelo largo y recogido en un moñete alto, o bien por el pelo corto de estilo retro-old school, con nucas y sienes muy cortas y perfectamente degradadas, y peinados a raya bien definida. También los peinados rockabilly o “pompadur” hacen furor entre el público masculino. Todo hombre hipster que se precie deberá lucir una incipiente y poblada barba, o en su defecto un buen mostacho, si es ya al estilo Dalí, será lo más de lo más. En cuanto a la vestimenta, será difícil quien no conozca la indumentaria típicamente hipster, dado que basta echar un ojo a las ultimas colecciones de Zara, Pull&Wear, o Bershka, para darse cuenta de lo que estamos hablando. Siempre omnipresentes estarán los pantalones tipo Skinny, las camisas de cuadros tipo leñador, o tejanas,, y las camisetas con motivos y leyendas originales. Sudaderas con capucha, abrigos largos, o de estilo militar… bufandas extra largas, gorros, sombreros, gorras snapback, etc. Las mujeres con sus habituales labios rojos pintados, serán fans de los vestidos con motivos florales rollo hippy, haciendo furor también los entallados, rollo los de las décadas de los 60 y 70. Son siempre imprescindibles en ambos sexos las gafas de pasta y las Rayban Wayfarer. El hombre dentro de su aspecto cuidado-descuidado, por el contrario, deberá lucir parte de la indumentaria típicamente gentleman, siendo imprescindibles alguna de estas prendas: tirantes, chalecos, pajarita y corbata. Claro está, todo con aire reto y vintage, por eso este tipo de tiendas son muy visitadas. En Madrid las Lotta, Magpie, Pepita is dead, Corachán y Delgado, están haciendo el agosto. En cuanto a las firmas nacionales de ropa hipster por excelencia cabe citar a: Eduardo Rivera, ropa de gran estilo y muy muy hipster, aunque para los bolsillos más pudientes; Garcia Madrid, El Ganso, y Tenkey son otras de ellas.
Los hipster se dedican preferentemente a profesiones artísticas y vinculadas a la creatividad, algunos son freelance. Optan por un modo de vida afín a lo eco y al vegetarianismo, una opción perfecta por lo saludable, pero pienso que este modo de vida debería adoptarse más por convicción que por parecer snob. Donde germine un verdadero sentimiento de amor a los animales, con la convicción de que no es necesario sacrificar a éstos, con el sufrimiento que ello conlleva, para alimentarse. Un hipster vivirá en viviendas tipo loft, y en pisos o casas que rehabilita a su gusto, demostrando su buen gusto y hacer en decoración. Huirá del típico piso de protección y de la hipoteca a 35 años. Prefiriendo los barrios del casco histórico, y de los más céntricos de las ciudades. En Pamplona el barrio hipster por antonomasia es lo viejo. En Valencia están Ruzafa, y Benimaquelt. En Vigo me sorprendió el rollo moderno, bohemio y artístico que se respira en el Barrio Alto. Y en Madrid o Barcelona seguro que ya sabéis donde están los más modernos hipster, en los barrios de Antón Martin, Malasaña y Lavapiés de la capital. Y en San Antoni y el Born en Barna. Para moverse por la city hace tiempo que dejaron las vespas para cambiarse a las bicis, preferentemente las fixed, o fixie.
El auténtico y verdadero hipster, es de espíritu independiente y nunca se reconocerá como tal. Ya que él en verdad está por encima de seguir cualquier moda o estilo, se siente libre por mucho que esté al tanto de las últimas tendencias. Mi opinión al respecto es que se es o no se es, fuera ya de todas las etiquetas y clichés, ya sean hipster, bohos, etc. Ante lo cual pienso que no hay cosa más necia que querer aparentar algo que no se es. Es por eso que muchos de los que ahora van de hipster antes han pertenecido a cualquier otra tribu urbana, que por la moda, o por su entorno han terminado adoptando. El colmo de la desfachatez es ver a todos estos pijos e hijos de papá ir de hipster y alternativos, los pijoflautas, cuando en realidad nada tienen de ello. Véase el ejemplo de Borja Thyssen, que se pasea por Madrid con su barba, camisa de cuadro, jeans y abrigos largos estilo militar, cómo si él fuese un hipster más. En fin…
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